Como todos sabemos a la hora de dejar de fumar, la motivación es un factor fundamental por lo que el embarazo puede convertirse en un momento idóneo, ya que esta situación puede reforzar la toma de la decisión y puesta en marcha de la intención de dejar de fumar.
El embarazo constituye en muchas ocasiones, el hecho determinante de plantearse el abandono definitivo o temporal del tabaco. Estudios revelan que la gran mayoría de las mujeres fumadoras al confirmarse su embarazo logran dejar el hábito durante el primer trimestre.
Todas las mujeres embarazadas deberían ser informadas sobre los efectos negativos, y es aquí donde se hace visible la función de la Enfermería, que el tabaco ocasionará en su futura descendencia si mantiene el hábito tabáquico durante la gestación; además de motivarlas para que se planteen y logren el abandono.
Otros estudios apuntan que las mujeres que se encuentran en su primer embarazo, dejan de fumar en mayor porcentaje. Quizás, la motivación en este caso es producida por la ilusión que les supone la llegada de su primer hijo.
Sabemos que la salud del futuro hijo supone una importantísima motivación para las mujeres a la hora de abandonar el hábito tabáquico.
Ya saben, si quieren dejar de fumar, intenten tener un hijo: será divertido.
Ya saben, si quieren dejar de fumar, intenten tener un hijo: será divertido.
Las fumadoras embarazadas encienden una media de 13 cigarrillos al día. Siguiendo esta relación, a largo de los nueve meses de embarazo se ha expuesto al bebé a las sustancias nocivas de 3.640 cigarrillos, y sabiendo que con cada cigarrillo se inhalan más de 4.700 sustancias nocivas es mejor no calcular las dosis de sustancias tóxicas que pueden llegar al pequeño.
Si dejas de fumar el bebé sentirá de inmediato tu acertada decisión, ya que desde ese momento comenzará a recibir las cantidades apropiadas de oxígeno y de nutrientes.
Por lo que ahora ya sabes que DEJAR DE FUMAR VALE LA PENA, PARA TI Y PARA TÚ BEBÉ, ÁNIMO.
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