miércoles, 26 de octubre de 2011

Modificaciones en los mecanismos termorreguladores

En condiciones normales, no patológicas, existe un gradiente de temperatura entre la gestante y su futuro bebé de 0,5ºC; siendo mayor la temperatura del feto que la de la madre. 
Se cree que este gradiente tiene como misión garantizar la transferencia de calor fetal a la madre, siendo el único mecanismo que dispone el feto para disipar el calor.
Si la gestante se expone a una actividad física elevada y/o prolongada o las condiciones climáticas son adversas (temperaturas altas con gradio elevado de humedad), la temperatura de la madre aumentará considerablemente y se producirá una inversión del gradiente, ya que en este caso, es la madre la que cede calor al hijo. Si la situación descrita no es reconvertida, el feto queda potencialmente expuesto a sufrir una hipertermia fetal.
La hipertermia fetal también puede aparecer si la madre presenta fiebre y presenta numerosas consecuencias negativas en el desarrollo fetal como: defectos del tubo neural, anomalías cardíacas, defectos gastrointestinales, labio leporino. Además también existe un riesgo de embarazo espontáneo.

Siguiendo nuestra labor como enfermeras añadimos que, en el caso de que la temperatura materna corporal se eleve 1,5ºC durante más de un día los riesgos de defectos congénitos se elevan considerablemente, por lo que es necesario acudir a un servicio médico sin demora, para que estudien nuestro caso y nos indiquen el tratamiento adecuado a seguir y controlar esta situación anormal de la madre y limitar los posibles riesgos para el bebé.

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