La ecografía es un examen imagenológico que empleando ondas sonoras nos permite ver cómo se desarolla el futuro bebé en el útero.
Es una técnica no invasiva que permite diagnosticar la mayor parte de las malformaciones morfológicas y estructurales del feto. Además, esta técnica es imprescindible para la realización de cualquier procedimiento invasivo.
Es conveniente, que a lo largo del periodo gestacional, se realicen, al menos, tres pruebas ecográficas:
- 10-14 semanas.
- 18-22 semanas.
- 34-36 semanas.
Para aquellas futuras madres que presenten un riesgo elevado de anomalías congénitas está indicado que se realice una ecografía adicional alrededor de la semana 28-30. Este grupo de riesgo está compuesto por:
- Embarazos anteriores con anomalías congénitas.
- Patologías maternas como la diabetes.
- Hijos de padres con enfermedades autosómicas dominantes.
- Exposición materna a teratógenos.
- Infecciones maternas potencialmente teratógenas como rubéola, toxoplasma, CMV, varicela...
En la prueba ecográfica de las 10-14 semanas ya es posible diagnosticar algunas malformaciones, de manera especial aquellas que se refieren al polo cefálico como defectos del tubo neural o la ausencia de extremidades.
La ecografía realizada entre las semanas 18-22 resulta de fundamental importancia para el diagnóstico de malformaciones.
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