Calor y embarazo.

Las futuras mamás deben de establecer unas medidas de prevención ante la exposición a temperaturas elevadas, que fácilmente alcanzan los termómetros durante los meses más cálidos del año.

Debido a que durante el período de la gestación el organismo de la embarazada se ve envuelto en una serie de cambios fisiológicos importantes y destacables, la exposición a temperaturas elevadas podría provocar lipotímias, bajas de tensión, deshidratación...

Los siguientes síntomas que te presentamos son indicadores de que la gestante se encuentra ante una situación que podría alterar su homeostasis:

• sensación de cansancio, fatiga, agotamiento...
• sensación de falta de aire.
• ligeros o severos mareos.
• palpitaciones.

A continuación, las medidas que las gestantes deben de establecer para los días calurosos:

• evitar salir en las horas del día en las que el sol luce con más fuerte, es decir, entre la media mañana y la media tarde.
• mantener sus ambientes frescos, con procesos de ventilación mecánica si fuera necesario, pero sin abusar de las temperaturas bajas.
• la ropa debe de ser fina y que permita la transpiración de la piel. Evitar los colores oscuros y la ropa ajustada.
• aplicar protectores solares siempre que vayamos a salir a la calle en las zonas de la piel que queden expuesta a la radiación del sol.
• la hidratación es uno de las medidas en las que más atención deben de presentar las embarazadas.
• duchas de agua templada para aliviar el malestar producido por los sofocos.