La amniocentesis es otra técnica de diagnóstico prenatal que consite en la obtención de líquido amniótico a través de una punción y posterior aspiración de este contenido a nivel transabdominal.
Es realizada a nivel ambulatorio, a partir de la semana 16 del periodo de gravidez. Antes de esta fecha,
Su realización no es recomendable pues estudios prospectivos indican que la amniocentesis precoz está relacionada con los índices de pérdidas fetales y con otras repercusiones desfavorables. En la semana 15 está indicado que se lleve a cabo si las membranas se encuentran bien coaptadas, sino lo ideal es esperar hasta la semana 16.
La amniopcentesis se practica con el objetivo de efectuar estudios sobre:
- anomalías cromosómicas
- estudios de biología molecular: enfermedades monogénicas.
- enfermedades metabólicas hereditarias de sustrato bioquímico.
- metabolismo hormonales: endocrinopatías congénitas.
- etc
Aunque los riesgos de todas estas pruebas se encuentran en disminución, la amniocentesis es la técnica de diagnóstico prenatal invasiva más segura. No obstante si fuera necesario la realización de un estudio precoz sería preferible la práctica de una biopsia corial por vía transabdominal. El riesgo de pérdida fetal atribuible a esta pruieba se estima entre un 0,5-1%.
La presencia de miomas o la localización de la placenta pueden dificultar en gran medida, o incluso imposibilitar este procedimiento. Pero, no existen contraindicaciones absolutas de la misma, aunque está indicado que se realice, a la semana siguiente un control ecográfico. Será necesario esperar un tiempo de aproximadamente tres semanas para que sea entregado el resultado del cariotipo.
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