La leche materna representa el alimento idóneo para el recién nacido proporcionando al bebé un adecuado estado nutricional y un buen desarrollo psicológico, inmunitario e intelectual.
Es conocido que la correcta nutrición es esencial para mantenernos sanos, pero especialmente durante el primer año de vida desenvuelve una importancia crítica ya que esos doce meses se corresponden con el periodo de crecimiento y maduración del organismo, siendo decisivos para el desarrollo adecuado de los sistemas vitales, la prevención del síndrome natal de muerte súbita y la prevención de enfermedades con gran prevalencia en la edad adulta (arterioesclerosis, caries, obesidad...)
La leche materna es un alimento natural producido por todos los mamíferos, cuyo propóstio primordial es amantar a los recién nacidos. Además es aséptica, presenta una temperatura y una composición adecuadas y desarrolla el vínculo madre-hijo.
La lactancia materna permite que la madre comparta con el hijo su inmunidad frente a los patógenos presentes en la comunidad en un momento determinado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a través de un estudio que la gran mayoría de las mujeres, más del 97%, son fisiológicamente capaces de dar el pecho a sus bebés.
Es esencial que el personal sanitario informe, enseñe y apoye a las mujeres en periodo de lactancia, ya que es un gran beneficio para la salud de los niños y de las madres.
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