A continuación os exponemos otros aspectos que la madre debe de tener en cuenta:
- Succión: en el momento que vamos a amamantar al bebé, debemos de fijarnos de que éste tenga las mejillas "infladas", es decir, no hundidas hacia dentro. Debe apreciarse movimiento en la sien y en las oreja del recién nacido, no debe ser percibido movimiento en las mejillas ni en los labios. Si nos percatamos de que el bebé no está adecuadamente agarrado al bebé, es necesario desprenderlo y para ello interrumpiremos la succión con un dedo colocado sobre las comisuras labiales del bebé, para proseguidamente ofrecerle de nuevo el pecho.
- Tiempo: durante los primeros días de vida los requerimientos energéticos de los pequeños son óptimos para satisfacer sus necesidades vitales, por ello las tomas serán, generalmente, breves y con menos frecuencia en el tiempo. Debemos dejar que el bebé mame el pecho hasta que consideremos que se encuentra totalmente satisfecho y disminuye su ritmo de succión.
- Frecuencia: la frecuencia de las tomas variará según la edad del bebé, pero no hay reglas sobre la frecuencia ni la duración en el amamantamiento de los bebés.
- Debemos dar el pecho: cuando el pequeño lo solicite a través de lloros o si se muestra inquieto, cuando notemos que los pechos están llenos o cuando el niño duermo mucho.
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