sábado, 15 de octubre de 2011

Hábitos tóxicos y embarazo


El consumo de sustancias tóxicas mantiene una importante relación con el incremento del riesgo de padecer complicaciones durante el embarazo, además de aumentar de manera muy considerable las posibilidades del feto a sufrir incidencias en su desarrollo.


Cuando hablamos del consumo de sustancias tóxicas nos referíamos a tabaco, alcohol y otras drogas; y, al referirnos a sus consecuencias, no sólo nos referimos a su consumo durante el periodo de la gestación, sino desde antes de la misma, ya que la mayoría de las consumidoras de estas sustancias son mujeres en edad fértil que desconocen o no son conscientes de los efectos que puede suponer para su descendencia: defectos congénitos graves e irreversibles.

El consumo de sustancias tóxicas durante la gestación es considerado como un importante factor de riesgo para el transcurrir del embarazo, el parto y para el recién nacido.







La detección de estas adiciones se basa en los siguientes puntos:
·Anamnesis: entrevista interactiva con la madre en la que nos interesa conocer el tipo de sustancias que consume, la cantidad, la frecuencia…  podemos ayudarnos de un cuestionario estándar.
·Exploración general: con especial importancia en detectar posibles signos relacionados con la toxicidad de las sustancias: estigmas cutáneas, quemaduras, patologías hepáticas, patologías renales, patologías cardiovasculares u otras patologías a nivel del sistema nervioso…
·Exploraciones complementarias: como por ejemplo, las analíticas o defecto de algún valor corpuscular nos puede indicar alguna sospecha, no es un diagnóstico fiable al 100%.


A nivel del campo de Enfermería, lo más importante es la educación sanitaria a nuestras pacientes. En primer lugar debemos establecer un seguimiento e interrogarle para conocer sus hábitos de tabaco, alcohol y otras drogas para después ofrecerle una información clara, detallada, precisa y que consideremos clave para que la embarazada modifique sus conductas frente a estas sustancias.

Puntos clave sobre los que el personal de Enfermería debe implicarse en estos casos:
                -Prevención del consumo.
                -Información de efectos y riesgos.
                -Educación sanitaria.
                -Rehabilitación de las mujeres consumidoras.


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