Los alimentos funcionales,
según la definición del Instituto de Medicina de la Academia Nacional Americana de
Ciencia (1994) son aquellos alimentos que pueden proporcionar un beneficio en
la salud que va más allá de su simple valor nutricional. Serían pues, alimentos
que reducen el riesgo de padecer determinadas enfermedades y que aumentan la
calidad de vida y el bienestar.
Todos los productos que
pertenezcan al grupo de alimentos funcionales deben de demostrar
suficientemente que actúan de manera positiva sobre una o más funciones del
organismo.
Puede ser un alimento natural, un
alimento al que se ha añadido, eliminado o modificado un componente por medios
biotecnológicos, un alimento en el que se ha modificado la biodisponibilidad de
uno o más de sus componentes o una combinación de cualquiera de estas
posibilidades.
El mejor ejemplo de alimentos
funcional es la leche materna, en la cual están presentes un gran número de
elementos bioactivos:
- enzimas.
- factores de crecimiento.
- aminoácidos libres.
- inmunoglobulinas.
- oligosacáridos… cuyo efecto va mucho más allá del aspecto nutricional.
Existen muchos componentes de
alimentos de los que se ha podido demostrar su efecto beneficioso sobre
determinadas funciones del organismo:
Posibilidades de
modulación: funciones diana y componentes funcionales de los alimentos
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Funciones diana
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Componente funcional
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Crecimiento y desarrollo
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Ca, Vit D,
Vit C
Factores de
crecimiento
Vitaminas
antioxidantes
Probióticos
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Metabolismo
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Fibra
Proteínas específicas
Aminoácidos específicos
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Estrés oxidativo
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Vit E
Vit C
Carotenos
Polifenoles
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Fisiología intestinal
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Prebióticos
Probióticos
Simbióticos
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Funciones psicológicas y de
conducta
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Proteínas
Tirosina y
triptófano
Sustitutos
de la grasa
Sustitutos
de azúcares
Alcohol
Cafeína
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Sistema cardiovascular
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Sustitutos de las grasas
Ácido fólico
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